Galveston, Texas, (EE.UU.).- Los equipos de rescate recorrieron el sábado las calles cubiertas de agua y escombros en busca de los que se negaron a evacuar sus hogares e insistieron en aguantar la furia del huracán Ike, que destrozó las ventanas de los rascacielos, dejó sin electricidad a millares de personas e inundó miles de casas a medida que barría la costa texana.
Las autoridades estatales y municipales comenzaron la búsqueda de sobrevivientes al mediar la mañana, horas después que Ike tocara tierra en Galveston con vientos de 176 kph (110 mph), copiosas lluvias y enormes olas. Durante la noche, las centrales telefónicas de los servicios de emergencia recibieron miles de llamadas de residentes asustados que desobedecieron las órdenes de evacuación obligatoria.
“Esto es la democracia”, comentó Mark Miner, vocero del gobernador Rick Perry. “Las autoridades municipales pueden ordenar evacuaciones en términos muy enérgicos. El gobernador Perry puede emitir advertencias contundentes. Empero, no se puede obligar a la gente a abandonar sus casas. Adoptaron la decisión de capear la tormenta y las encomendamos en nuestras plegarias”. [...]
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